Una forma muy fácil de enlazar a un gran escritor con su lugar de nacimiento, su vida, su obra (todo eso que los niños tienen que aprender en el colegio) es visitar su casa natal, el lugar donde vivió, el pueblo donde nació, el lugar donde se encuentra su tumba…

En este verano de 2.020, justo después del coronavirus, os proponemos esta opción de turismo cultural para que lo disfrutéis en familia, con todas las precauciones, y experimentéis esta otra forma tranquila y sosegada de veranear con los peques…

Hoy os invitamos a conocer diez lugares unidos a grandes escritores, casi todos españoles (uno no lo es, pero le habría encantado serlo, seguro que adivináis de cuál se trata…).

Casa de Cervantes en Alcalá de Henares

Aunque su biografía tiene ciertas lagunas, está documentado que la casa de Miguel de Cervantes, en la que vivía la familia cuando él nació, se encuentra en la actual calle Mayor de Alcalá de Henares. Es un edificio de dos plantas, muy restaurado, con un jardín añadido posteriormente y que tenía la entrada por un lateral no por donde se accede hoy en día. En la entrada, sentados en un banco, don Quijote y Sancho Panza se hacen fotos con todos los turistas que se ponen a su lado. Os aconsejamos que vayáis a verla y, de paso, tened en cuenta que hay una ruta de Cervantes por Madrid de lo más interesante.  La visita a la casa de Cervantes en Alcalá merece la pena porque tiene mobiliario de la época y te haces idea de cómo se vivía entonces.
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Casa de Lope de Vega en Madrid

En el Barrio de las Letras, precisamente en la calle Cervantes, se encuentra la casa en la que vivió el dramaturgo Lope de Vega. La visita es guiada y te explican su vida, su obra y cuándo y cómo vivió en esta casa. Tiene dos pisos, pero la visita se concentra en el de arriba, donde hay varias habitaciones con sus correspondientes muebles y decoración de época (cuadros, cortinajes, cacharros de cerámica…). A nosotros lo que más nos gustó fue el jardín, lleno de vegetación y que, en pleno centro de Madrid, transmite una paz increíble. La visita es gratuita, pero tienes que reservar.
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Casa de Miguel Hernández en Orihuela

En Orihuela (Alicante) nació Miguel Hernández, un gran poeta malogrado en la Guerra Civil. Su casa natal se conserva y se puede visitar y conocer casi tal como era, con sus habitaciones y el huerto jardín trasero. Delante, en otro pequeño edificio, hay un espacio en el que se organizan actividades y que también cuenta con una tienda. Si os gusta su poesía, tan pegada a lo cotidiano y a sus vivencias en esa tierra mediterránea, encontraréis en esta casa una gran autenticidad y parte de la esencia de muchos de sus versos.
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Café de Hemingway en Pamplona

En la Plaza del Castillo de Pamplona se encuentra uno de esos cafés históricos, con una decoración de época, que tiene un cierto aire de decadencia pero que, al mismo tiempo, nos transmite muy bien sensaciones del pasado. Hablamos del Café Iruña, donde pasaba largas horas escribiendo nada menos que Ernest Hemingway, el novelista norteamericano que dio a conocer las fiestas de San Fermín al mundo entero. Nosotros estuvimos allí en nuestro viaje a Pamplona con nuestros hijos y nos tomamos un refresco pensando lo que le hubiera gustado a Hemingway ser español…
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Tumba de Machado en Collioure

En el sur de Francia se encuentra esta población costera que acoge a nuestro gran poeta: Collioure. Allí llegó Antonio Machado con parte de su familia al finalizar la Guerra Civil, pero estaba ya muy enfermo y murió a los pocos días. Allí visitan su tumba lectores de su obra procedentes de todo el mundo que dejan su admiración escrita en mensajes de papel que se amontonan sobre su lápida, la de un hombre sencillo. En Collioure hay varias visitas interesantes que podéis hacer, además de disfrutar del aire y de la luz del Mediterráneo.
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Casa de Arcipreste de Hita

Juan Ruiz fue arcipreste de la población de Hita, en Guadalajara. Escribió una de las obras más divertidas de la Edad Media, el Libro de Buen Amor, cuando ya lo humano empezaba a ser tan importante como lo divino. Su casa real no se sabe dónde estaba, pero en el pueblo hay una casa-museo que lleva su nombre y en la que podéis ver las formas de vida de sus habitantes y cómo celebran las justas medievales que cada verano atraen a miles de visitantes.
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Casa de Jovellanos en Gijón

Uno de los grandes hombres del Siglo de las Luces en España, el siglo XVIII que heredó la ideología enciclopedista y el ánimo de ayudar a que nuestro país se incorporase a las nuevas ideas europeas es Melchor Gaspar de Jovellanos, cuya casa museo se puede visitar en el barrio de Cimadevilla de Gijón. Aunque su obra no es de las más conocidas por el gran público, lo cierto es que su influencia en la evolución de la política y la sociedad española merecen ser apreciadas.
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Casa de García Lorca en Fuentevaqueros

Fuentevaqueros es un pueblecito pequeño de Granada, conocido sobre todo porque en él nació Federico García Lorca. La casa donde vino al mundo es una casa humilde, con un patio, sencilla, una casa de labranza como hay tantas. Conserva ajuar y mobiliario y tiene un precio de entrada casi simbólico: sólo 1,50 euros por una visita guiada a través de las habitaciones y los recuerdos de la familia. Lo que en su momento fue el granero se ha convertido en una pequeña sala de exposiciones con recuerdos del poeta.
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Pueblo de Gonzalo de Berceo

En La Rioja, muy cerca del Monasterio de San Millán de la Cogolla, podéis visitar el pueblecito de Berceo. En él nació el primer poeta castellano de nombre conocido: Gonzalo de Berceo. Aunque era clérigo, se sentía orgulloso de la obra que escribía y por eso la firmó, algo que nadie había hecho antes en la Edad Media. Sus Milagros de Nuestra Señora, su obra fundamental, recogen hechos sobrenaturales protagonizados por la Virgen María, contados con gracia y su puntito de humor. No existe casa natal ni nada parecido, pero un paseo por las calles de Berceo nos conecta con aquellos siglos remotos. Luego, claro, hay que visitar los dos monasterios de San Millán: el Monasterio de Suso y el de San Millán de Yuso.
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Casa de Juan Ramón Jiménez en Moguer

Juan Ramón Jiménez, además de su extensa y valorada obra poética, escribió ese libro que todos hemos estudiado –y seguramente leído– de pequeños y que empieza con ese “Platero es pequeño, peludo, suave…”. Sí, su Platero y yo es la obra más cercana al mundo infantil de este autor onubense que tiene en Moguer, donde nació, su casa museo. Era el domicilio familiar y cuenta con varias plantas en las que se muestra la relación de Moguer con el mar y también la del propio escritor con su pueblo natal. Se ha recreado el despacho del padre, dedicado al negocio del vino. El patio está convertido en ludoteca y sala de actividades para niños, mientras que la parte alta de la casa analiza la relación de Juan Ramón con su mujer, Zenobia, y con su sobrino y albacea, además de contar la importancia de que se le concediera el premio Nobel.
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