La moda de las chuches gigantes parece contradecir todas las normas de nutrición que aconsejan restringir el consumo de azúcar. En realidad, si uno se come una gominola gigante en lugar de diez pequeñas o medianas, ¿qué más da?

Esa es la filosofía de La Fabrique de Belgique, una pequeña tienda situada en la entrada a la Plaza Mayor de Madrid desde la calle de Toledo (dirección exacta: calle Toledo, 11) un poco perdida en los soportales, aunque su escaparate no pasa desapercibido para los niños, que rápidamente dan la voz de alarma, alto en el paseo y te arrastran hacia el interior, decorado con tonos cálidos y en el que flota, claro, un suave olor mezcla de todos: fresa, manzana, vainilla, regaliz, limón, naranja…

A nuestros hijos les gustan sobre todo las largas tiras de gominola a modo de regalices, aunque los hay de muchos sabores. Si pasamos por la tienda y se han portado bien, les compramos una a cada uno y les dura un buen rato. A mí me encantan las chuches de tamaño normal pero con sabores ácidos (extra-ácidos, ya lo avisan en los cartelitos) y la última vez que estuvimos en La Fabrique de Belgique me compré diez chuches picantes (éstas son de tamaño normal) con forma de chiles y que picaban a rabiar. No sólo venden chuches de tipo gominola.

La última vez que pasamos por allí tenían unas bolas de chicle gigantes que se empiezan chupando y se van convirtiendo en chicle poco a poco. A mí éstas me parecen sorprendentes pero poco prácticas, porque los chicos las chupan, se ponen melosas, pringan las manos… al final las acabamos tirando.

Bolitas chocolate mezcladas o no con frutos secos completan la oferta. Los precios son unificados y te hacen envoltorios especiales si las compras para regalar.

Fotos: golosinas gigantes en La Fabrique de Belgique

En esta pequeña galería de fotos puedes hacerte una idea de cómo son estas chuches gigantes de La Fabrique de Belgique:

Recuerda, de todos modos, que si quieres dejar a alguien boquiabierto regalando chuches, las de pequeñas empresas artesanas como Kekukada Chuches son las más originales. Las hacen para fiestas especiales, como Halloween o Navidad, pero igualmente las fabrican y sirven el resto del año.